
Cierta vez le preguntaron a una madre
Y ella, dejando entrever una sonrisa, respondió:
Nada es más voluble que un corazón de madre.
Y, como madre, le respondió:
El hijo predilecto, aquél a quién me dedico
de cuerpo y alma:
Es mi hijo enfermo, hasta que sane.
El que está cansado, hasta que descanse.
El que está con hambre, hasta que se alimente.
El que está con sed, hasta que beba.
El que está estudiando, hasta que aprenda.El que está desnudo, hasta que se vista.
El que está de novio, hasta que se case.
El que se casa, hasta que conviva.
El que es padre, hasta que los críe.
EL que prometió, hasta que cumpla.
El que debe, hasta que pague.
El que llora, hasta que calle."
Y con un semblante bien diferente a aquella sonrisa, finalizó:
"El que ya me dejó, hasta que lo reencuentre"
1 comentario:
Gracias por compartir!
Un placer venir a visitarte!
Recibe un relajante y cálido abrazo de luz para tu ser.
Beatriz
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